Las grandes decisiones en diseño, cosas como la arquitectura de la información del sitio web o como se va a dar a conocer el contenido son, por supuesto, importantes. Pero las pequeñas interacciones son las que suelen meter la pata y arruinar toda la experiencia.
El otro dia, estaba viendo una página web de una organización sin fines de lucro. Tenía buena navegación, buen contenido y un buen diseño, pero cuando hice clic en el botón “Hacer una donación” estaban unos controles frustrantes nada intuitivos y una pantalla que se actualizaba con cada acción.
Cuando agencias de diseño web con conciencia de la experiencia de usuario (UX) en algún momento tienen diseñadores especializados es común que ellos hagan el diseño de alto nivel y que dejen las interacciones de “nivel inferior” a los diseñadores que tienen menos experiencia, o simplemente no tienen tiempo para ocuparse de los detalles UX: con frecuencia un error costoso.
El visitante espera que una pagina web siga las mismas reglas que la interacción entre seres humanos. Piensa en esto, ¿cómo decidir si una persona es verdaderamente buena, o si él o ella se preocupa por ti y está actuando por tu bien? No es la ropa que llevan, o si tienen el acento correcto. Son las pequeñas cosas que hacen por ti o si vienen a ayudarte cuando estás en medio de un apuro. Es lo mismo para los sitios web. Nosotros decidimos si un sitio web es útil cuando estamos tratando de completar las micro–interacciones.